Lo que comenzó como un viaje para disfrutar se convirtió en una odisea para los viajeros que cruzaron desde Mendoza hacia Chile durante el fin de semana largo. Larguísimas filas de vehículos y horas interminables de espera se tornaron aún más desesperantes cuando algunos conductores decidieron evitar la cola y transitar a toda velocidad por el cobertizo destinado exclusivamente a camiones y micros.

La situación alcanzó su punto crítico el miércoles por la noche, cuando los ánimos caldeados y la paciencia agotada desataron momentos de máxima tensión en el camino hacia la aduana chilena. Bocinazos, discusiones acaloradas y hasta golpes fueron el resultado de la frustración acumulada por la espera interminable.

El detonante de la violencia fue la actitud de algunos conductores que intentaron “colarse” evitando la fila de vehículos. Esto llevó a que otros viajeros, cansados de esperar y respetar las normas, bloquearan la ruta para detener a los infractores. La situación se tornó aún más peligrosa cuando conductores imprudentes intentaron avanzar a toda costa, provocando enfrentamientos físicos y daños a los vehículos.

Ante la falta de soluciones, los automovilistas que esperaban en la fila adecuada se organizaron para defender su lugar, tocando la bocina y bloqueando el paso a quienes intentaban colarse. Incluso se registraron cortes intermitentes del lado argentino para evitar que más vehículos quedaran atrapados en la congestión del paso.

Con demoras que superaron las 8 horas y el colapso del sector chileno, la situación se tornó caótica, dejando a los viajeros atrapados en un escenario de tensión y violencia.