El Gobierno nacional ha vuelto a aplazar la quita de subsidios en las tarifas de gas y electricidad, una medida que inicialmente estaba prevista como parte de la estrategia para alcanzar el superávit fiscal.

La Canasta Básica Energética (CBE), cuya implementación se esperaba en abril y luego se postergó para mayo, ahora se estima que será efectiva en junio o julio. Esta demora se debe a la complejidad en el cruce de datos para identificar qué hogares seguirán recibiendo asistencia en sus facturas energéticas, con la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Economía trabajando en encontrar una solución.

El plan original del ministro de Economía, Luis Caputo, contemplaba un recorte de 0,5 puntos del PBI en el gasto de subsidios este año, junto con otros 0,2 puntos por el transporte en el AMBA. Sin embargo, la situación social ha generado una reconsideración en el ajuste, aunque se mantiene el compromiso con el Fondo Monetario Internacional.

La implementación de la CBE, liderada por el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, enfrenta dificultades en el cruce de datos entre el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE) y los deciles socioeconómicos del Indec. El objetivo es que todos los hogares paguen el costo pleno de la energía, subsidiando la demanda según su necesidad y capacidad económica. Sin embargo, la complejidad en el cruce de datos y la necesidad de garantizar un sistema equitativo de subsidios están retrasando su implementación.