La continua evolución de la pandemia de COVID-19 ha llevado a la detección de una nueva variante del virus en Argentina, conocida como Ómicron EG.5 o popularmente como Eris. Esta variante, que ya ha sido identificada en 51 países, ha levantado preocupaciones sobre un posible aumento en los casos de la enfermedad.
La presencia de la subvariante EG.5 en territorio argentino fue anunciada por la doctora Mariana Viegas, coordinadora del Proyecto País, una iniciativa respaldada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina. Según Viegas, esta variante ya estaba presente en el país desde el mes pasado, habiéndose detectado también en otras naciones como Colombia, Ecuador y Estados Unidos, donde ha comenzado a prevalecer entre los casos diagnosticados.
A pesar de que hasta ahora el número de muestras secuenciadas es limitado y no se considera estadísticamente significativo, los expertos advierten sobre la necesidad de una mayor vigilancia y análisis debido a la dificultad de obtener suficientes muestras para secuenciar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha designado a la variante EG.5 como una variante de interés, destacando su creciente prevalencia en los casos de COVID-19 a nivel mundial. A finales de julio, la prevalencia de EG.5 fue del 17,4%, un marcado aumento en comparación con el 7,6% registrado cuatro semanas antes.
A pesar de que actualmente la OMS clasifica el riesgo para la salud pública asociado con la variante EG.5 como bajo, los expertos advierten que existe la posibilidad de que esta variante contribuya a un aumento en la incidencia de casos, incluso hasta convertirse en dominante en algunos países o a nivel global.
Con información de Infobae
