En una sesión que sorprendió por su rapidez y falta de debate, los senadores aprobaron un aumento de locura en sus sueldos. El proyecto de resolución fue votado a mano alzada minutos antes de finalizar la sesión de este jueves en la Cámara alta, dejando perplejos a muchos de los presentes.

El incremento, que llevará los sueldos de los legisladores de $1,7 millones a más de $4 millones, fue presentado sobre tablas al final de la sesión ordinaria, sin haber sido incluido en la convocatoria inicial. La propuesta, respaldada por legisladores de Juntos por el Cambio, la UCR y el bloque federal, generó un intenso debate sobre la ética y la transparencia en el ejercicio del poder legislativo.

A pesar de haber obtenido una mayoría de votos, los senadores mendocinos Rodolfo Suarez y Mariana Juri no estuvieron a favor del sustancial aumento.

Según lo establecido en el proyecto de resolución, los senadores recibirán una dieta equivalente a 2500 módulos, más 1000 módulos adicionales por gastos de representación y otros 500 por desarraigo. Esta medida ha despertado críticas tanto dentro como fuera del Congreso, especialmente en un momento en que la economía del país enfrenta desafíos importantes y se han implementado medidas de austeridad en otros sectores.

La iniciativa se justificó argumentando que el aumento estaría en línea con el incremento de los módulos en la órbita del Gobierno nacional. Sin embargo, esta explicación no ha logrado disipar las críticas, especialmente cuando se contrasta con las dificultades económicas que enfrentan muchos ciudadanos comunes.

Este episodio revive el debate sobre los privilegios de los legisladores y la falta de conexión con las realidades económicas de la población. La rápida aprobación del aumento, sin un debate sustancial y en medio de una situación económica complicada, deja en evidencia la desconexión entre los representantes políticos y los ciudadanos a los que deberían servir.

El malestar entre los legisladores, especialmente aquellos del interior del país que deben afrontar gastos adicionales como alojamiento en hoteles durante la semana, se suma al descontento generalizado con la decisión. La falta de participación en las reuniones de comisiones debido a dificultades económicas también ha sido destacada como un problema que esta medida no aborda.