Las heladas tardías volvieron a golpear al campo mendocino, generando desesperación entre los productores que hicieron de todo para evitar que el frío arruinara los cultivos. Desde la madrugada del miércoles, el Este y el Sur provincial fueron los sectores más afectados, mientras que en el Valle de Uco solo algunas zonas de Tunuyán sufrieron el impacto.
El fenómeno ocurrió tras el ingreso de un frente frío de origen polar, que hizo descender drásticamente las temperaturas en los últimos días de octubre. Aunque el cielo se mantuvo cubierto durante la jornada, al despejarse hacia la tarde-noche no alcanzó a subir la temperatura lo suficiente para proteger las fincas, y la amenaza de heladas se volvió realidad.
Desde las tres de la madrugada, los productores encendieron calentadores, fogones y otros métodos tradicionales en un intento por elevar algunos grados el ambiente y proteger los brotes. La postal se repitió en fincas del Este y del Sur mendocino, donde la densa capa de humo cubrió rutas como el Acceso Este y el Acceso Sur, complicando la visibilidad pero dejando en claro el nivel de sacrificio del sector rural.

Según el meteorólogo Maximiliano Viale, en sectores del Este se registraron temperaturas entre 1 y 2 grados bajo cero, niveles que resultan devastadores para los brotes de vid, frutales y hortalizas. En tanto, San Rafael y zonas cercanas al río Atuel también amanecieron con termómetros por debajo de cero, sumando preocupación entre los productores del sur provincial.
En el Valle de Uco, la situación fue dispar. Si bien Tunuyán tuvo heladas localizadas, la nubosidad al pie de la cordillera actuó como un manto protector, evitando que las bajas temperaturas llegaran con fuerza al resto de la región.
Los especialistas indicaron que este miércoles sería el último día de riesgo, ya que las temperaturas comenzarían a ascender durante la tarde y el jueves retornaría el clima primaveral, con sol pleno y valores normales para la época.
Mientras tanto, el campo mendocino vuelve a dejar una lección de esfuerzo y resistencia: cuando el frío amenaza, la esperanza y el fuego son las primeras herramientas para defender la cosecha.
