El sistema de salud en Mendoza enfrenta desafíos sin precedentes, con un aumento de pacientes en hospitales públicos y una escasez creciente de médicos en áreas críticas como Pediatría. Ante esta realidad, el gobernador Alfredo Cornejo y su ministro de Salud, Rodolfo Montero, presentaron un ambicioso paquete de reformas que incluye un nuevo régimen salarial para los médicos.
La propuesta más polémica es la creación de un sistema paralelo de contratación y remuneración basado en “unidades sanitarias”, donde el gobierno fijaría el valor de estas unidades de forma unilateral, sin negociación sindical. Esto ha generado un rechazo inmediato por parte de AMPROS, el sindicato médico de la provincia, que lo califica como inconstitucional e ilegal.
El nuevo sistema propone cinco tipos de cargos, desde guardias hasta centros de salud, con horarios ampliados y remuneraciones variables basadas en unidades sanitarias. Por ejemplo, se espera que los médicos de áreas críticas vean triplicados sus salarios a cambio de trabajar 40 horas semanales, mientras que los médicos de centros de salud podrían extender sus horarios a 30 horas semanales.
Sin embargo, el sindicato médico rechaza vehementemente esta propuesta, argumentando que socava los derechos laborales de los médicos al eliminar la negociación colectiva y otorgar al gobierno un poder unilateral sobre los salarios y las condiciones de trabajo. AMPROS ha anunciado protestas y, si es necesario, acciones legales para impugnar el nuevo régimen.
El ministro de Salud, por su parte, defiende la iniciativa como una medida necesaria para mejorar la atención médica y reducir las listas de espera en los hospitales y centros de salud. Sin embargo, la tensión entre el gobierno y el sindicato médico amenaza con profundizar la crisis en el sistema de salud de Mendoza.