El entusiasmo por las escapadas y compras de turistas chilenos en Mendoza durante los primeros meses de 2023 se ve considerablemente reducido desde que el dólar oficial se acercó al paralelo. Según datos de Gendarmería Nacional, el flujo de chilenos cruzando la frontera cayó de aproximadamente 6,000 diarios entre abril y noviembre a 3,000-4,000 en diciembre. A pesar de un récord de 16,000 chilenos en octubre, la tendencia ha disminuido.

La localidad de Uspallata, punto clave para los turistas chilenos, ha experimentado una notable disminución en las ventas y el alquiler de alojamientos. Gastón Villamea, comerciante local, destaca que ahora reciben más mendocinos que eligen pasar sus vacaciones en Chile. La subida de precios y la inflación en Argentina desalientan las escapadas a Mendoza y el abastecimiento de productos más económicos.

El mayorista Oscar David, conocido por la afluencia de chilenos, ha visto una reducción del 20% en clientes chilenos, y el dueño, Rubén David, prevé una disminución aún mayor. La normalización del paso Cristo Redentor, tras cortes intermitentes el año pasado, también contribuye a la disminución del turismo chileno.

El impacto en la economía mendocina es significativo. Rubén David destaca que las ventas a turistas chilenos representaban entre el 5% y el 7% de las ventas totales, afectando no solo al comercio sino a toda la economía local. La diferencia de precios y la inflación en Argentina han vuelto menos atractivas las compras para los chilenos, quienes ahora consideran que los precios están casi igualados.

El cambio en los patrones de consumo se refleja en la baja concurrencia de chilenos por el aumento de precios, como señala la periodista chilena Jimena Cordovez. La empresaria chilena Alejandra indica que los hoteles y la alimentación han subido respecto a diciembre, impactando en el turismo de compras.

La disminución en la llegada de micros desde Chile a Mendoza, especialmente desde la terminal de ómnibus, es evidencia de la devaluación del peso argentino, el aumento del combustible y la pérdida de beneficios en los precios de alimentos para los chilenos. El fin del turismo de compras afecta no solo al comercio, sino a diversas actividades económicas vinculadas al turismo chileno y de países vecinos.