En el contexto de la gripe aviar ya se han registrado importantes aumentos en los huevos y el pollo. Frente a un contexto económico incierto. La carne también sufrió incrementos en febrero. Productos que en 2022 corrieron por detrás de la inflación, tienen un fuerte impacto en la mesa local.
El aumento de los precios de los alimentos es –por su condición de bienes necesarios- el que más impacta en la economía familiar. En especial en los sectores menos favorecidos que deben destinar buena o toda parte de sus ingresos a comprar comida. Este mes se registró un fuerte movimiento en productos como pollo, huevos y carnes –que aportan proteínas- y que el año pasado habían subido a un ritmo menor que el resto de la inflación.
A días de que el Indec publique sus datos, el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA) registró en febrero un incremento de 7,7% en el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas. Su principal motor: Carnes y derivados que subieron 15,2%. En Mendoza, en tanto, el Índice que releva la consultora Evaluecon mostró un alza de 37% para el rubro alimentos y bebidas.
Pese a que la gripe aviar aún no llega a todas las granjas del país, la Nación mira con preocupación los sacrificios de pollos en criaderos de Mar del Plata y Rosario; principalmente, lo que se ha comenzado a trasladar a precios. A esta altura, en el país se cuentan unos 200 000 animales sacrificados y cierre de exportaciones que, por el momento, se han volcado al mercado interno.
Perspectivas inciertas
En un contexto inflacionario es difícil prever qué pasará con los precios. Sin embargo, al parecer, las carnes y los huevos podrían continuar hacia arriba, debido al contexto en granjas, feedlots y el campo en general. A las dificultades que podría presentar el avance de la gripe aviar, se suma el incremento de los cereales; principal alimento de pollos y vacas.
En palabras de Olmos, mientras el pollo subió desde septiembre un 46%, el alimento balanceado lo hizo un 75%. Se prevé que el precio de los cereales en general continúe hacia arriba, con el consiguiente impacto en el producto final.
Esto, sin contar la situación que plantea la gripe aviar que anticipa escasez e incertidumbre y ya ha comenzado a golpear el precio de alimentos ricos en proteínas que funcionan como alternativa y posibilidad a la carne vacuna que, pese a su valor desactualizado, cuesta el doble que el pollo
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