Muchos interrogantes genera la pandemia de Covid-19, entre ellos, ¿Cuándo podrán regresar a ver a sus familiares y amigos los argentinos residentes en otros países? En este caso, te contamos la historia de Oscar Sevilla, uno de los tantos argentinos que viajó al exterior buscando un mejor bienestar. Luego de más de 40 años de su primer partida a Estados Unidos, nos cuenta el resumen de su hazaña de vida.
La historia de Oscar Sevilla es de superación y perseverancia, en el año 76 se fue a probar suerte a Estados Unidos y desde allí logró montar una empresa de herrería que mantiene hasta hoy, esto le ha permitido subsistir y darse el gusto de crear algunos elementos para la imponente industria cinematográfica norteamericana. De forma periódica vuelve a su Tunuyán natal en busca del encuentro con sus afectos.
Como les sucede a muchos, al llegar empezó a trabajar en algunos lugares hasta que logró montar la herrería. Se fue en el año 76 y Oscar relata que hasta el 88 trabajó en varios lugares: una sinagoga -haciendo tareas de mantenimiento-, un lavadero, estudió mecánica y puso un taller cuando se recibió. A la par de esas actividades conoció a una mujer con la cual se casó y formó una familia durante algunos años.

¿Cuándo y cómo comenzaste en el oficio que tenés hoy?
“En el año 88, un amigo que también era mecánico me propone poner un taller de soldadura y herrería. Supuse era un extra que iba a tener así que empezamos a trabajar en eso, compré una camioneta y puse un anuncio en una revista bastante popular que había por esos años y así empezamos. Un día llegó un italiano que necesitaba una escalera grande con mucho diseño y desde ahí dejé un poco la mecánica porque el trabajo empezó a andar bien” relató.
Los clientes fueron sumándose y recomendando el trabajo de Oscar y su emprendimiento. En el 94 y después de un sismo que azotó a California la sociedad se disolvió por la inestabilidad económica y social. Oscar siguió como pudo con el negocio haciendo rejas, portones, puertas y demás elementos artesanales. Gracias a los contactos y recomendaciones un hombre llamado Bob Rob le presentó a una persona en Beverly Hills quien le encargó una puerta, esa puerta fue a parar a New York y desde ese momento su trabajo se hizo conocido logrando captar trabajos grandes y muy bien remunerados.
SU EXPERIENCIA FABRICANDO UTILERÍA PARA PELÍCULAS
Tal fue la fama de sus trabajos que llegó a fabricar elementos de utilería para el cine norteamericanos, “en una de las últimas películas de King Kong, en una escena hay un barco que lleva una ametralladora y los indios llevan unas lanzas, bueno esos elementos los hicimos nosotros” También contó que recientemente pudo hacer trabajos similares para algunos audiovisuales de la plataforma Netflix.
Hoy este tunuyanino vive en Estados Unidos donde tiene su familia, pero el transcurso del tiempo y las relaciones con amigos y familiares ayudaron a que el presente de Oscar incluya volver a la Argentina, por ello vuelve cada año en busca del cariño de sus afectos.
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