Sucedió minutos después de las 00 de este martes cuando se conoció el ingreso de una joven al Hospital Tagarelli de Eugenio Bustos.
La joven ingrsó a las 00:15 al nosocomio local, fue atendida por el médico de guardia quien le diagnosticó intoxicación medicamentosa. Luego de ser atendida quedó fuera de peligro.
Al parecer, la muchacha habría tenido una fuerte discusión con su madre y luego habría tomado alcohol con antibióticos para quitarse la vida. En el hecho labró actuaciones Comisaría 18° de San Carlos.
¿Qúe está sucediendo? Una nota de INFOBAE.COM explica un poco el flajelo
Sobre este tema, José Sahovaler, médico psicoanalista miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especialista en adolescencia, en diálogo con Infobae.com afirmó que:
Esto se debe a que, entre muchos factores que confluyen durante esa etapa, «los adolescentes tienen una concepción del tiempo diferente a la de los adultos, viven en una especie de presente perpetuo». Es por eso que si, por ejemplo, se pelean con un novio, «piensan que se acabó el mundo y no pueden contemplar la posibilidad de que en una determinada cantidad de tiempo puedan llegar a conocer a otra persona. Este mecanismo es el que, muchas veces, funciona de manera determinante para que intenten suicidarse», sostuvo el especialista.
Por su parte, la licenciada Analía Wald, profesora de la Facultadde Psicología dela UBA e investigadora de la Agencia Nacionalde Investigaciones científicas ( FONCyT) en temas de niñez y adolescencia, afirmó que «el suicidio es una de las principales causas de muerte entre los jóvenes de15 a 24 años».
“Los trabajos de duelo que caracterizan a la adolescencia deben realizarse en un campo colmado de demandas y exigencias del propio cuerpo, de la familia y de la cultura generando riesgos de ruptura, aislamiento y soledad respecto del mundo adulto, que a veces intentan subsanarse mediante ‘pactos identificatorios’ con los grupos de pares”, explica la licenciada Wald.
Y agrega: “Este es también el contexto en que se constituyen nuevos proyectos, se fortalecen las pasiones, se encuentran nuevos objetos amorosos. Y así, la conducta suicida a veces tiene por objeto evitar una situación que resulta intolerable, generar actitudes de cuidado y atención en una relación amorosa, ‘desaparecer’, a veces con la fantasía de reencarnarse en otra persona, inmolarse en pos de un ideal o para emular un ser querido ya fallecido, expiando de paso posibles culpas. Estas fantasías, a veces inconcientes, no contemplan la realidad concreta de la muerte con su carácter definitivo, e irreversible.”
Sahovaler, señaló que, durante esa etapa, se suele manter una relación omnipotente con la muerte: «Sabe que se puede morir pero, al mismo tiempo, desconoce esa posibilidad y entonces, a través de situaciones problemáticas y riesgosas, juega con la idea de que no va a pasarle nada. Como por ejemplo cuando se emborrachan y se exponen a situaciones peligrosas poniendo en riesgo su vida».
Por eso, el especialista aclaró que uno de los parámetros para saber que la adolescencia se está terminando es dejar de «desafiar a la muerte».
Ante la pregunta del por qué en esa etapa todo suele vivirse con tanta intensidad, Sahovaler dijo que en el adolescente «hay una retracción y una posición muy narcisista que diferencia las maneras de amar y odiar con respecto a los adultos».
Y agregó: «Los psicoanalistas dividimos entre amores pasionales y objetales. En la adolescencia, los amores u odios son hacia una sola persona, por eso pasionales. En cambio, en los objetales, están distribuidos entre varias personas u objetos. En la pasión uno es pasivo, no activo. Es ‘tomado’ por una pasión, es sufriente y eso, es una diferencia determinante».
Con respecto a las maneras de prevenir, detectar o anticipar los suicidios adolescentes, Wald advierte: «Hay que estar atentos a situaciones doloras y frustrantes, momentos de ruptura o de fracaso. Un adolescente retraído puede ‘desinhibirse’ ayudado por el consumo de alcohol u otras sustancias que promueven conductas impulsivas como intentos de suicidio no planificados».
Por otro lado, Sahovaler también afirma que, cuando estos casos, como el de las jóvenes salteñas, toman notoriedad en los medios, «es frecuente que se genere una ola de suicidio después» ya que estos hechos tienen que ver con el efecto que éstos tienen y con que, en muchos casos, «los adolescentes se sienten no siendo: Esto quiere decir que no saben quiénes son, sienten que no existen o que no tienen identidad, es entonces cuando se adhieren a entidades de rescate, como lo son, por ejemplo, las llamadas ‘Tribus urbanas‘. Decir ‘soy un rollinga’, o ‘soy un flogger’ es una forma de asumir otra identidad que lo constituye».
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