El candidato para las elecciones en River reflexionó sobre la actualidad y las dificultades que hoy atraviesa el fútbol nacional.
Luis Belli es uno de los candidatos en las elecciones que el club River Plate va a desarrollar en diciembre próximo. Como Licenciado de Economía de la UBA, y político de años en el mundo millonario, expresó una serie de reflexiones que se transforman en desafíos para el fútbol nacional. Erradicar viejas costumbres y valorar las propias cualidades para buscar la excelencia, parece ser siempre la premisa.
-En un mundo absolutamente integrado, dinámico y de crecimiento exponencial, el fútbol argentino tiene como principal desafío una transformación que permita pelear de igual a igual con las mejores ligas del mundo, por presupuestos de publicidad y derechos de televisación finitos.
En dicho escenario de competencia global por un stock de presupuesto fijo en el que los principales sponsors son grandes empresas multinacionales que se repiten entre liga y liga, la liga argentina se enfrenta con países que supieron entender y desarrollar mejor el negocio.
Como ejemplo, en nuestro mismo huso horario, ligas como la norteamericana, la mexicana y la brasilera potenciaron su producto, mejoraron sus ingresos y (en economías más favorables) brindaron una oferta de entretenimiento mucho más convincente.
Esas ligas hoy se posicionan mejor que la nuestra en términos de vender sus derechos de televisación en los diferentes países del continente, compiten con ventaja por el presupuesto que las multinacionales más importantes destinan a publicidad en el deporte, y tienen el poderío suficiente para ser más atractivos en la captación de los mejores talentos.
El desafío del fútbol argentino es no perderle pisada a esas ligas, rápidamente hacerles catch-up, y construir un mercado en el que se pueda aprovechar el capital humano de jugadores talentosos nacidos en nuestro suelo.
Para ello, es necesario que los clubes se administren de manera moderna, ágil y eficiente. Incorporar a la gestión deportiva nuevos talentos capaces de entender hacia dónde se mueve el mundo y a qué ritmo, y con el conocimiento necesario para llevar a los clubes a ese mismo compás.
En términos de sofisticación y profesionalización en las posiciones de poder de la gestión deportiva, el fútbol argentino aún tiene un largo camino por recorrer. Requiere incluso revisar las políticas de (poca) inclusión para captar a los mejores talentos.
Las columnas sobre las que deben cimentarse esos cambios que permitan que a nivel de management los equipos locales compitan de igual a igual con las ligas top, requiere que miremos un poco más hacia adentro: hacia cuestiones aún más estructurales.
Antes de llevar adelante esfuerzos necesarios (pero ineficaces) para que los clubes argentinos abracen una estructura de management deportivo alineada con la sofisticación profesional que alcanzó la industria del deporte a nivel global; antes que los y las dirigentes seamos capaces de administrar eficientemente y de manera responsable los recursos de nuestros clubes; antes de que podamos cumplir con el cometido de los clubes sociales y deportivos (maximizar la satisfacción de sus asociados e hinchas) debemos revisar profundamente su “gobierno corporativo”.
Cuando hablamos de gobierno corporativo, hablamos de gestiones que puedan transformar estructuralmente a nuestros clubes; que puedan transformar su cultura organizacional; que puedan dotarlos de tecnología; que acuerden, asuman y defiendan un proyecto a largo plazo sustentado en sus principales propósitos (que incluyen – pero no se limitan – a los éxitos deportivos).
Todo eso será posible si antes se atienden problemas de los que nuestros clubes adolecen, y que incluyen temas profundos y sensibles tales como conflictos de interés, gobernanza, ética y compliance.
Para que nuestros clubes puedan dar el salto de calidad, avanzar hacia herramientas de marketing deportivo impregnadas en ligas más maduras y causa de una estructura de ingresos superior; para que nuestros clubes puedan dotar de sofisticación a sus direcciones deportivas al estilo de las direcciones deportivas de los clubes top de Europa; para que nuestros clubes revisen sus estructuras de gastos y racionalicen con estricta vigilancia de sus indicadores financieros sus costos, es imprescindible que ganen lugar dirigentes profesionales cuyo único propósito sea la vocación por sus clubes: dispuestos a mirar y pensar en las próximas décadas, que conozcan la industria y tengan verdadera vocación de servicio.
El fútbol debe ser gestionado con la estricta conciencia ética y de independencia con la que se gestionan las corporaciones globales más importantes, para que sean gobernados únicamente bajo la defensa de los intereses de nuestros clubes. Recién en ese estadío, podremos trabajar en pos de clubes profesionalizados, modernos, ágiles y eficientes; con procesos que se respeten y resultados que se consoliden.
Adicionalmente, para que el presupuesto a repartir entre los clubes del fútbol argentino sea mayor, debemos entender que no es suficiente con que nuestro Club esté bien; sino que cada uno de aquellos clubes con los que competimos también lo estén, porque eso es lo que permite el atractivo del producto con el que debemos competir contra otras ligas que hoy están en mejor posición que la nuestra; y contra otras fuentes de entretenimiento que hoy también captan la atención de nuestros hinchas (sobre todo los más jóvenes).
En este sentido, es oportuno compartir la reflexión del soccer economist Walter Neale, y su modelo de competencia colaborativa conocido como la Paradoja Louis-Schmelling. Louis y Schmelling eran dos boxeadores de peso pesado que habían acordado dar el mejor espectáculo posible previo a castigarse por el título. Dicha estrategia permitió que el entretenimiento y la expectativa fueran mayores, que la bolsa de la pelea aumentara, y que ambos ganaran más dinero independientemente del resultado de la pelea.
Los desafíos del fútbol argentino nos enfrentan, entonces, con la necesidad de competir en un marco donde todos los clubes sean fuertes, resolver problemas de gobernanza relacionados con ética y conflictos de interés, y gestionar a los clubes con los mejores sports managers del mercado.
Diario NDI también publicó: River buscará volver al triunfo ante el Aldosivi de Gago
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