Con una serenidad que contagia y los pies bien puestos sobre la tierra, esa tierra que le ha dado todo, nos recibe en su bodega boutique Laureano Gómez . Winemaker, productor y creador de la línea de vinos que lleva su nombre.
A solo 6 kilómetros del centro de Tunuyán, el enólogo y propietario de “Bodega Laureano Gómez” levantó una bodega boutique en la cual elabora 13 etiquetas distintas, cada una con una impronta propia.
«Trapiche fue mi universidad «
“La primera vez que hice vinos fue de la mano de mi abuelo materno “Salvador” al cual me he prometido algún día hacerle un vino en su honor, comienza diciendo Laureano Salvador Gómez , quien lleva en su identidad los nombres de sus dos abuelos.

Nació en Dorrego y hace más de dos décadas que vive sus días en nuestro querido Valle de Uco, lugar que admira desde sus primeros viajes. No todo fue color de rosas para el enólogo de renombre que hoy conocemos, y es que el camino ha sido largo para Laureano y su familia.
Con gran orgullo nos cuenta que trabajó en Trapiche 11 años, comenzó como operario en el año 88, pasó por el laboratorio hasta que finalmente salió a buscar muestras de uvas. “Trabajando en Trapiche había identificado que los mejores vinos de Mendoza salían del Valle de Uco, en esa época no había nada en esta zona y yo miraba la ruta 89 y pensaba: esto algún día va a ser Napa Valley y quiero estar ahí”.
En el año 97 la bodega Trapiche se vende, Laureano era entonces uno de los 13 enólogos que trabajaban ahí. Al concretarse la venta le ofrecen un nuevo trabajo. “Me propusieron armar una bodega en el Valle de Uco desde cero, esa bodega es ni más ni menos que Salentein , el gigante que engalana al Valle de Uco. Fue una experiencia realmente fantástica” destaca Gómez.
“Cuando explota Salentein (2004) proponemos armar una nueva bodega y en 6 meses levantamos El Portillo , tuve la gran responsabilidad de buscar a su enólogo principal y ahí es donde conocí a una de las personas más brillantes del mundo del vino, Mauricio Flogliati, que por esas desgracias de la vida falleció en un accidente de tránsito”.
A partir de esa desgracia Laureano Gómez dejó de viajar todos los días para instalarse finalmente en el Valle de Uco junto a su esposa, Patricia Guisasola. “Patricia tiene raíces Tunuyaninas, es nieta de Don Guisasola, fundador de la sidra Tunuyán”.
13 cosechas en Valle de Uco
En el 2009 el reconocido enólogo sintió la necesidad de hacer su propio vino, tras desvincularse de Salentein comienza su camino como winemaker, camino que lo llevaría a ser quien es hoy. “ha sido un recorrido largo y difícil. Me ha llevado 12 años llegar a estar en un punto de equilibrio con la bodega”. “Mis primeras dos cosechas fueron durísimas. Haber empezado sin nada, haber subsistido en este país y haber crecido realmente es un logro que destaco. Ha sido en base a muchísimo trabajo” resalta con orgullo.
Si de sueños y proyectos a futuro hablamos Laureano define al suyo con la mágica frase de: “LOGRAR CONTIUIDAD”. Sueña con que sus hijos entiendan el modelo de bodega a la que aspira y sigan su legado en el mundo del vino. “Tengo 5 hijos de los cuales 4 trabajan conmigo, son buenos chicos, muy trabajadores, sanos y les va bien, eso me da tranquilidad” apunta entre sonrisas.
Débora (38), Laureano Bruno (36) Ary (30) Ignacio (27) y Augusto (22) forman los pilares sobre los que se basa esta empresa familiar que año a año crece firme y constante. Ganando mercados internacionales como Perú, Brasil, China, Canadá y Estados Unidos, Bodega Laureano Gómez se convirtió en una bodega familiar modelo en el Valle de Uco.

Los vinos y el Grill
Para el enólogo Laureano Gómez, lo más importante del vino sigue siendo la uva y el terroir. Productor de lo que denominan “vinos de autor”, junto a su familia produce y presenta varios tipos de vinos que se destacan en el mercado nacional.
Con sus 34 años de experiencia define que actualmente la gente prefiere la calidad a la cantidad. Destaca que hoy la mejora en los procesos, el conocimiento y la materia prima hacen que sea muy difícil elaborar un vino con defectos. Solo se necesita encontrar el estilo que cada consumidor prefiera.
Con una empresa familiar pequeña (150.000 botellas/año) produce varias líneas de vinos. Comenzaron con la Línea “Reserva”, la cual integran tres varietales Malbec, Merlot y Pinot Noir. Siguiendo con una línea de vinos jóvenes sin paso por madera llamada “Terroir”, y la línea de vinos de alta calidad, con su tiempo correspondiente en barrica llamada “Gran Reserva”.
El mismo enólogo manifiesta que el Pinot Noir y el Merlot son variedades que lo divierten, apasionan, y reflejan. “Siempre tratamos de hacer productos distintos, un ejemplo de ello es nuestro espumante que elaboramos con una base de Malbec generando así un producto único”.
«El Grill», restó de Laureano Gomez
Bajo el objetico de darle un mejor servicio al turista que los visita, la Familia Gómez creó dentro de su espacio “El Grill” un restó que cuenta con aproximadamente 30 cubiertos y busca llevar al comensal a su máximo esplendor maridando su línea de vinos con la mejor carne de Buenos Aires traída a Mendoza.
El menú del grill es uno solo y consta de un gran costeletón de carne, de aproximadamente 1,2 kg. El Tomahawk es un corte especial que brinda calidad y sabor. Acompañado por verduras de estación, un rico postre y lo mejor de los vinos Valletanos, este menú se convierte en un gran aliado para aquellos que visitan la bodega. “Desde el inicio buscamos algo sencillo que combine nuestros vinos con un hermoso trozo de carne”.
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