Los brindis y las Fiestas tienen su contraparte. Diciembre es considerado uno de los meses críticos en accidentes de viales. El foco está puesto en el alcohol, el celular y la velocidad, entre otros puntos, como el cinturón de seguridad en los asientos traseros y el traslado adecuado de menores.
El concepto global es la conducta preventiva, como indica la campaña de bien público de Mendoza No pasa nada, hasta que pasa. La concientización es una de las claves para prevenir accidentes. Dicho de otro modo: aunque parezca que todo está tranquilo, no hay que descuidarse y hay permanecer atento en todo momento.
La ingesta de alcohol resulta incompatible con el manejo responsable y lo reafirma el valor de las multas. El límite de alcohol permitido es de 0,5 mg por litro de sangre para conductores de autos; 0,2 mg para motos y 0 para los conductores profesionales. Las multas varían para este tipo de infracción desde $5.700 a $14.250, pudiendo en algunos casos llegar también a la inhabilitación para conducir.
La alcoholemia será controlada especialmente en estos días de Fiestas, en puestos policiales ubicados estratégicamente en caminos y rutas.
La Policía indica que las madrugadas de los fines de semana y feriados largos es uno de los puntos críticos, especialmente para las personas entre 18 y 35 años de las cuales 70% son varones.
Unos 2.700 conductores alcoholizados y una campaña que apela a los afectos
En los primeros meses del año, de enero a noviembre de 2018, se realizaron más de 24.000 pruebas de alcoholemia, de las cuales dieron positivas unas 2.700. Es decir que más del 10% manejó en estado de intoxicación alcohólica.
Otra de las campañas que impulsa el Gobierno apela a la tomar conciencia sobre el daño que provocaría un accidente en los seres queridos. Vos perdés tu vida, ella un hijo. Si manejas, no tomes, indica una de las piezas gráficas de la Provincia, donde aparece una madre sentada sola en la habitación de su hijo que falleció en un accidente. Aunque el mensaje es fuerte, las imágenes resultan simples y cotidianas, y la tristeza es el patrón de esta publicidad de bien público.
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