Anabel Fernández Sagasti
Con la tuya y la mía

La industria del cargo: cuántos “asesores” tienen los senadores mendocinos en el Congreso

El dietazo que se dieron los senadores puso, otra vez, bajo la lupa a la Cámara Alta.

El escándalo por el dietazo que se otorgaron los senadores nacionales puso sobre tablas, nuevamente, la cantidad de cargos dentro del Congreso de la Nación, uno de los bastiones más deseados como refugio de aquellos que ya cumplieron con sus “labores” provinciales. Y no es para menos, entrar como senador o senadora, hoy en día, con los haberes a liquidarse a fin de mes, significa la suculenta suma de 4 palos y medio en el bolsillo. Clin, caja. Nada despreciable, ¿no?

Mucho se habló durante la última semana del exorbitante aumento votado sobre tablas, sin debate y a mano alzada. Y por más que digan que no levantaron la mano, muchachos, el que calla otorga. Para mostrarse en contra tenían que levantar la voz y exponer el por qué de la negativa. Al menos así lo dice el reglamento. De todas maneras, salir a alardear sobre que no levantaron la mano y que presentaron un papel en administración para no cobrar el aumento, no los hace menos cómplices de la casta. Y ni hablar de la que dijo que va a donar parte del dietazo, cuando fue una de las que levantó la mano dando el sí a la propuesta que fue firmada de antemanos por todos los bloques. Populismo puro y berreta.

¿Fue una tomada de pelos? Claro que sí. En un contexto de ajuste severo donde los sueldos, las jubilaciones y las pensiones no alcanzan; donde los impuestos aumentaron a mansalva; donde padres y madres hacen malabares para mandar a los pibes a la escuela; donde las pymes ven con buenos ojos la posibilidad de cerrar; es sin dudas otra burla de la casta al pueblo argentino; pueblo que los votó y los puso en ese lugar para tomar decisiones importante, no para cagarse de risa y darse un aumentito en sus haberes.

Ahora bien, con este papelón, que tuvo una votación de no más de 48 segundos (sí, eso fue lo que duró), saltan a la luz un montón de otros temas, como por ejemplo la cantidad de “colaboradores/asesores” con los que cuenta cada uno de los senadores nacionales que día a día le chupan la sangre a un estado devastado por años de populismo barato impulsado por el kirchnerismo y avalado por radicales y otros tantos energúmenos que dicen “servir” al pueblo al que dicen representar.

Antes de meternos de lleno en el caso netamente mendocino, es bueno hacer un pantallazo: la Cámara de Senadores está compuesta por 72 congresales que representan a cada una de las provincias; unas tiene más, otras tienen menos, dependiendo de la cantidad de habitantes empadronados dentro del distrito electoral, siendo Buenos Aires la provincia que mayor bancas se lleva.

Hasta ahí todo bien. Son 72. Nada mal si contemplamos que el mapa del país está compuesto por 23 provincias. El tema es la cantidad de “empleados administrativos”, o agentes (como figuran en los libros), que tiene la Cámara Alta: ¡4.448 personas destinadas a distintas funciones! Algunos de ellos en planta permanente, otros en planta transitoria. De ese número total, 1.324 están destinados a los senadores y senadoras que componen la Cámara.

Desmenuzando un poco más nos vamos a encontrar con la repartija por bloques de esos 1.324 agentes. Y ahí es donde el peronismo (con su versión kirchnerista incluida) se lleva un total de 708 asesores para 33 senadores de los espacios Frente Nacional y Popular y Unidad Ciudadana (donde encontramos a la mendocina Anabel Fernández Sagasti).

El radicalismo, en tanto, y donde calientan banca Rodolfo Suarez, quien se fue el Congreso en el enroque con Alfredo Cornejo, y Mariana Juri, tiene un total de 233 agentes destinados a asesorar a esta gente que sesiona de vez en cuando y no siempre en busca del bienestar de los que representan.

Y así la lista sigue: La Libertad Avanza con 91; el PRO con 78; Unidad Federal con 55; Cambio Federal con 52; Por Santa Cruz con 29; Por la Justicia Social con 22; Frente Renovador por la Concordia Social con 19; Juntos Somos Río Negro con 17; y Comunidad Neuquén con 16. Clarita la cuenta: 1.324 agentes destinados a trabajar por las 72 bancas ocupadas dentro del recinto.

Ahora sí, nos metemos de lleno en el número que maneja cada uno de los mendocinos, que no son muchos: solo tres senadores de nuestra provincia manejan un total de 45 personas de esos 1.324 agentes declarados por el Senado de la Nación.

La senadora Anabel Fernández Sagasti, de Unidad Ciudadana (kirchnerismo duro y puro) tiene asignados 22 cargos dentro de la nómina total. Sí, 22 personas que integran su corte en eso del asesoramiento diario dentro de su despacho en el senado. Ni Cercei Lanister tenía tantos cuando manejaba los Siete Reinos en la serie Game of Thrones.

A la dos veces excandidata a gobernadora le sigue la radical Mariana Juri, quien se fue al Congreso con un total de 17 asesores que la “guían” en esa durísima misión de generar proyectos de ley que le den una vida mejor a los argentinos.

Cerrando el listado de mendocinos aparece el Rody. El exgobernador de Mendoza, aunque ustedes no lo crean, es el que (pongamosle) entendió un poco mejor el concepto de austeridad y solo tiene 6 agentes que lo rodean, entre ellas una de sus más fieles ladinas como lo es Nora Vicario. Sí, para sorpresa de todos, es el que menos tiene en el total de los 72.

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