En un intento por contener la escalada inflacionaria que aqueja a la economía del país, el Gobierno nacional ha dado un paso decisivo: la postergación de los aumentos previstos para mayo en tarifas de servicios y combustibles. Esta medida, que será publicada oficialmente en el Boletín Oficial, busca atenuar el impacto en el bolsillo de los argentinos y mantener la estabilidad económica en un contexto de incertidumbre.

El aplazamiento de los incrementos, que incluye las tarifas de luz y gas así como el impuesto a los combustibles, representa un alivio para los consumidores que enfrentan constantes ajustes en sus gastos cotidianos. Se esperaba que a partir del 1° de mayo comenzara a regir la actualización mensual de tarifas de gas y electricidad, diseñada por el Gobierno para evitar que los aumentos queden rezagados respecto a la inflación.

Las subas proyectadas en las tarifas de servicios, que oscilaban entre el 10% y el 12,5%, con un impacto del 5% en la factura final del usuario, habían generado preocupación entre la población ante la perspectiva de un mayor encarecimiento de la vida cotidiana. Sin embargo, la decisión gubernamental de postergar estos ajustes busca asegurar una mayor previsibilidad y estabilidad en el sector.

En cuanto al sector de los combustibles, la postergación del aumento previsto para el 1° de mayo al 1° de junio responde a la voluntad de mantener controlada la inflación y evitar mayores presiones sobre los precios. La medida garantiza que no habrá incrementos en este rubro durante el mes de mayo, proporcionando un respiro a los consumidores y brindando cierta calma en un contexto económico marcado por la incertidumbre.