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Opinión

La democracia perdió el color y se volcó al temor

El miedo, una forma en la que hoy se ganan elecciones y la razón más grande por la que la democracia se encuentra en peligro

A lo largo de todo este año los argentinos tuvimos que volver a las urnas para elegir a las personas que nos representarían durante los próximos cuatro años; tanto en el nivel departamental, como provincial y nacional.

Épocas que, en nuestro país, representaban una fiesta donde celebrábamos la democracia que tanto les costó a nuestros antepasados conseguir. Más aún en estos últimos 40 años que podemos celebrar un extenso período de tiempo democrático ininterrumpido.

Pero en estas elecciones algo cambio, pues la democracia sigue en pie, pero no tiene ese sabor dulce y de celebración que tenía. Porque la política siempre llega con rivalidades, toxicidades y chicanas, las cuales forman parte del folclore y la idiosincrasia territorial, pero ya no se siente así.

Pues, hoy en día los argentinos hemos sufrido meses de campaña, no tradicional sino violenta, de miedo y hasta amenazadora. En la que quiénes controlan las arcas estatales han mostrado las supuestas consecuencias que traería la victoria del candidato que no defiende ni comparte las ideas keynesianas y garantistas que se vienen defendiendo hace más de 50 años.

Ojo, esto no es una cuestión partidaria, sino de moral. Porque, como mínimo, es raro que un partido que dice defender a la población y sus derechos termine infundiendo el temor entre los votantes, los no votantes, los ancianos, los jóvenes, los pobres y hasta en los ricos, quiénes en una situación normal cumplen el rol de enemigo personal.

Y les pregunto ¿Quién en estos últimos meses o semanas no ha vivido una situación en la que les buscan infundir el miedo de un posible gobierno de la oposición? Siendo algo que no solo se ve en Buenos Aires con el valor de colectivos y trenes, o con la privatización de lo público. Sino que la difusión logró arribar a Mendoza y a los distintos departamentos que se mueven con el color de nuestra bandera.

Tan así que en nuestro mismo Valle de Uco, los empleados municipales y políticos se dedican el tiempo que los contribuyentes pagamos a hacer campaña para mantener este status quo. Como haciendo creer a la gente que un cambio no sería llegar a la libertad, sino que les haría perder derechos y ayudas económicas, como podría ser una beca de transporte o un fondo de inversión pública.

Y es que en esto vuelvo, la democracia ya no es lo que era. Hoy se queda en ser una masa amorfa que no busca atraer a las personas por ideales o propuestas, sino que se buscan los votos mediante la formulación de mentiras, distorsiones de la realidad y la propagación del miedo entre los distintos grupos etarios y económicos.

Es por ello que se vuelve tan importante que los ciudadanos, votantes y no, hagan un trabajo de conciencia y se informen de fuentes oficiales, pero sobre todo que no escuchen esas campañas que buscan convencerlos de que todo será legal, como purgar, o que todo va a ser privado, como educarse o ir al médico.

Desde mi posición no les digo voten a tal o ignoren a cual, pero si les pido que no se dejen guiar por una campaña que solo les mete miedo y les saca las ganas de votar; porque una situación similar nos dejó donde hoy estamos, con inflación y pobreza galopantes que día a día son más peligrosas que liberar el mercado y a los habitantes de nuestra gran Nación.

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Por: Redacción NDI