El hombre llegó a su local y encontró a su hijo de 32 años en el interior, sin vida. (Imagen ilustrativa)
Este martes por la mañana un hombre oriundo de La Consulta, llegó a su local ubicado en calle Sixto Videla y al ingresar se encontró con su hijo de 32 años, aparentemente, sin signos vitales.
Inmediatamente, el hombre se puso en contacto con Comisaría 41°, por lo que los efectivos policiales arribaron al lugar del hecho y constataron que el hijo del dueño del comercio ya no tenía vida. Si bien la carátula del hecho sería Averiguación muerte, se trataría de un suicidio.
La Organización Mundial de la Salud informó que se producen unos 800 mil suicidios durante el año y es la segunda causa de muerte en personas entre 15 y 29 años de edad.
Ante cualquier pensamiento que implique el deseo de quitarse la vida, le recordamos, el suicidio nunca es elegido libremente; sucede cuando el sufrimiento excede los recursos para hacerle frente. Tómese 5 minutos y lea…
1- Vea sus problemas en perspectiva:
La estadística nos dice que muchas personas, aun sintiéndose tal mal como podría estar sintiéndose usted, lograron superar esa circunstancia traumática, desarrollaron recursos para afrontar su sufrimiento, vivieron muchos años con vidas felices (dentro de lo humanamente posible, no hablamos aquí de una vida sin sufrimiento porque sabemos que eso no existe) y agradecen no haberse dejado vencer por esa situación en que el sufrimiento parecía rebasar sus recursos. Saber esto tal vez lo anime a no dejarse vencer por circunstancias que, por más terribles que parezcan ahora, dentro de unos años podrían verse como superadas.
2- No luche contra sus deseos de morir, simplemente déjelos a un lado:
Otras personas que pasaron por circunstancias como la que puede estar pasando usted y lograron superarlas dicen que les fue de mucha ayuda poner cierta distancia entre sus deseos de morir y el acto suicida. Decir, “puedo hacerlo mañana”, o la próxima semana, o el próximo año si las cosas no mejoran. Aun cuando no se sienta seguro de dejar a un lado al suicidio como opción, siempre podrá postergarlo. De hecho lo está haciendo ahora al tomarse unos minutos para leer esta página. La experiencia indica que las condiciones que conducen a los pensamientos suicidas siempre son circunstanciales, y que las circunstancias siempre cambian. Tal vez, si se da una prórroga de sólo un día se lo agradezca a usted mismo por años.
3- Reflexione seriamente sobre sus fantasías de muerte:
La muerte es un territorio desconocido y eso genera muchas fantasías. Muchas personas con ideas suicidas cuentan que se imaginan a sí mismos después de muertos como mirando el mundo de los vivos y sintiendo todas las mismas emociones que sienten en la vida a excepción del sufrimiento. Si usted tiene fantasías parecidas le pedimos que reflexione sobre la lógica de estas ideas. Por lo que realmente sabemos, la manera más segura de que usted llegue a sentir el alivio que desea es permaneciendo vivo. Piénselo.
4- Recomponga sus relaciones sociales:
Muchas personas que llegan a pensar en el suicidio se sienten defraudadas por sus amistades y familiares. Sienten que nadie los quiere o que a nadie le importa lo que les está sucediendo, en muchos casos relatan el alejamiento paulatino de todos sus allegados hasta quedar completamente solos. Es natural que esto les produzca enojo, tanto con los familiares y amigos que los abandonaron como con la vida en general. Vencer este enojo e intentar entender lo que le puede estar pasando al otro puede resultar uno de nuestros recursos más importantes. Muchas personas, aunque se muestren muy seguras de sí mismas, le tienen miedo al sufrimiento ajeno. Suelen elegir alejarse del que le cuenta problemas, no porque no lo quieran ni porque no le importe lo que le está pasando sino porque tienen miedo de decir o hacer algo que resulte inconveniente o simplemente de verse a sí mismas demasiado afectadas por la angustia ajena. Todas las relaciones sociales son útiles como recurso, pero tenemos que aceptar que sólo algunas personas tienen la disposición y la capacidad para escuchar lo que nos pasa. Si usted es capaz de perdonar y recomponer sus relaciones en base a la comprensión de los miedos y las capacidades limitadas de los otros ese podría llegar a ser su mejor recurso. Cuando necesite desahogarse, si no tiene un confidente del que sepa que es capaz de escucharlo, recurra a un terapeuta, a un religioso o a un grupo de autoayuda. No arruine sus relaciones exigiéndole lo que no le pueden dar.
5- Busque ayuda:
Como dije, las circunstancias de la vida son cambiantes y es muy probable que en el futuro usted se encuentre con muchos más recursos de los que cuenta ahora para hacerle frente al sufrimiento, pero esto no va a ocurrir mágicamente. Los pensamientos suicidas son, por si mismos, una señal de alarma lo suficientemente importante como para decidirse a pedir ayuda. Consulte a un terapeuta, y si ya lo está haciendo cambie su actitud hacia la terapia, no vaya solamente a contar su sufrimiento, busque, con ayuda del terapeuta, la mejor forma de afrontar su sufrimiento. La terapia no puede solucionar sus problemas pero sí debería enseñarle a hacerle frente. Busque grupos de autoayuda presenciales o en internet, pero siempre con la misma actitud de aprender y superarse. Si es creyente acérquese a su comunidad religiosa. Busque actividades que impliquen contacto social.
Bueno, llegamos al final de la página y todavía está leyendo. Eso me alegra. Espero que haber leído esto le haya proporcionado cierto alivio, pero sé, o más bien, sabemos ambos, que el camino recién empieza. El sufrimiento muchas veces es inevitable, por eso necesitamos muchos recursos para hacerle frente. Nunca está de más pedir ayuda. Si siente que algún familiar, amigo, terapeuta o religioso puede ayudarlo, hable con él. Llame a nuestra línea de prevención del suicidio (135) las veces que sea necesario. Busque más recursos en este mismo sitio o en otros. No se rinda. Su vida nos importa.
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