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Informe CAME: las frutas y verduras que se cobran hasta 4 veces más caras que en el campo

Según un informe de CAME, los precios de los productos agroalimentarios registran grandes discrepancias entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor, con aumentos importantes en algunos casos. Conocé los detalles y cómo afecta al bolsillo del ciudadano común.

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reveló en su último informe una disparidad alarmante entre los precios que reciben los productores y los que pagan los consumidores por los alimentos, con incrementos considerables en el camino del campo a la góndola.

En marzo, esta brecha se multiplicó por 3,4 veces en promedio, lo que significa que el consumidor abonó $3,4 por cada $1 que recibió el productor. Este fenómeno afecta tanto a los productos frutihortícolas como a los ganaderos, con aumentos que impactan directamente en el bolsillo de los argentinos.

En el caso de los productos frutihortícolas, la brecha alcanzó las 4,6 veces en marzo, representando una leve disminución del 6,5% respecto al mes anterior. Mientras tanto, en los productos ganaderos, la brecha fue de 3,1 veces, un aumento del 6,9% en comparación con el mes anterior.

La situación se agrava aún más con el contexto económico actual, donde las ventas minoristas de alimentos y bebidas han caído un 28,7% en los primeros tres meses del año, reflejando la disminución del poder adquisitivo y la falta de convalidación de precios por parte del consumidor.

Además, todos los eslabones de las distintas cadenas de valor se ven afectados por los fuertes incrementos de costos, no solo por la devaluación, sino también por aumentos en transporte, logística, servicios públicos y otros rubros.

En el análisis de los productos con mayores brechas, destacan el zapallito, el ajo, el limón, la mandarina y la pera, que presentan diferencias significativas entre los precios de origen y destino. En contraste, productos como la lechuga, la frutilla, el huevo, el repollo y la cebolla muestran brechas menores, aunque aún notables.

Estos datos reflejan la compleja situación que enfrenta el sector agroalimentario argentino y plantean interrogantes sobre la necesidad de políticas que promuevan una distribución más equitativa de los precios en la cadena de valor, garantizando tanto la rentabilidad de los productores como el acceso a alimentos a precios justos para los consumidores.

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