El anuncio de la actualización del salario mínimo vital y móvil (SMVM) para febrero y marzo de este año ha generado preocupación en diversos sectores, especialmente en lo que respecta al impacto en el impuesto a las Ganancias y los programas sociales.

Según la ley de reforma del impuesto a las Ganancias aprobada por el Congreso, las remuneraciones alcanzadas son las que suman a partir de 15 salarios mínimos. Sin embargo, la falta de actualización del Mínimo No Imponible (MNI) según la inflación podría llevar a que un mayor número de trabajadores comience a abonar este tributo.

El tributarista Sebastián Domínguez advierte sobre las posibles consecuencias de esta situación, destacando que muchos empleados podrían comenzar a tributar Ganancias debido a la falta de actualización del MNI. Sugiere que la ley debería contemplar una actualización trimestral del MNI por IPC para evitar estas situaciones.

Por otro lado, la actualización del salario mínimo también afecta a diversos programas sociales administrados por el Estado. Por ejemplo, el programa “Potenciar Trabajo” y la Prestación por desempleo se ven directamente afectados por el aumento del SMVM. Además, el salario mínimo sirve como tope para programas como las Becas Progresar, que establecen límites basados en el valor del salario mínimo.

En el ámbito previsional, el aumento del salario mínimo también tiene implicaciones, especialmente para las jubilaciones de personas con 30 años de aportes, cuyos haberes mínimos deben ser equivalentes al 82% del salario mínimo.

Este incremento del gasto social genera preocupación en el Ministerio de Economía, que busca recortar el gasto público en el marco de un plan de ajuste fiscal. Se estima que los programas sociales representan una parte significativa del gasto total, lo que implica un desafío en términos de sostenibilidad fiscal.