La derogación de la Ley de Alquileres ha marcado un punto de inflexión en el mercado inmobiliario mendocino. Según Eduardo Rosta, titular del Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Mendoza, la oferta de viviendas en alquiler ha experimentado un repunte significativo, y lo que solían ser largas listas de espera ahora han desaparecido por completo.

Rosta atribuye este cambio al incremento del 300% en la oferta de viviendas desde la derogación de la ley, lo que ha permitido una mayor flexibilidad en los acuerdos entre propietarios e inquilinos. Ahora, se establecen “acuerdos casi artesanales”, con la posibilidad de ajustar valores y condiciones de manera más libre, lo que ha generado un mercado más dinámico y competitivo.

Antes de la derogación, era común encontrar listas de espera de hasta 20 o 30 personas por cada departamento disponible en alquiler. Sin embargo, ahora la situación ha dado un giro completo, con propiedades que pueden quedarse sin alquilar si no cumplen con las expectativas en cuanto a precio y condiciones.

Los cambios en los contratos de alquiler también son notables. El 70% de los contratos firmados desde la derogación se han hecho por un plazo de 24 meses, mientras que un 16% se ha establecido por 12 meses, y el restante 14% en otros plazos. Además, se ha observado una diversificación en los índices de actualización utilizados, siendo el Índice para Contratos de Locación (ICL) y el Índice de Precios al Consumidor (IPC) los más comunes.

A pesar de los temores sobre la dolarización de los alquileres, la mayoría de los contratos siguen siendo en pesos argentinos, con solo un pequeño porcentaje pactado en moneda extranjera. Esto se debe, en parte, a la estabilidad del tipo de cambio y a las opciones más favorables que ofrece el peso argentino para preservar el valor de los contratos.