Este jueves y viernes Mendoza fue escenario de un escándalo con implicancias internacionales, cuando ciudadanos chilenos que llegaron a la provincia por el partido de Godoy Cruz vs. Colo Colo cometieron varios hechos delictivos: peleas, robos, agresiones, ataques a trabajadores de prensa y hasta un abuso sexual. Pero hay más de un responsable: a la conducta vergonzosa de los hinchas se suma el fracaso del operativo de seguridad montado por el Gobierno de Mendoza.

Desde hace varios días se sabía que gran cantidad de chilenos cruzaría para ver al equipo trasandino en el Malvinas Argentinas, en un partido por la Copa Libertadores. Así, desde el Gobierno anunciaron que montarían un “importante operativo de seguridad” que, sin ninguna duda, fue un verdadero fracaso porque no lograron controlar los desmanes.

Hubo algún control en la frontera, nada fuera de lo normal. Pero una vez arribados al centro mendocino quedaron en evidencia las falencias de ese operativo. Hubo incidentes en la Plaza Independencia, donde se pelearon miembros de la misma hinchada de Colo Colo, luego en el Parque, desmanes y robos en locales del centro y una mujer fue abusada sexualmente en las cercanías del Hospital Central. Pero no termina ahí: también hubo incidentes las inmediaciones del Estadio provincial, a pesar de que se habían destinado casi 1.000 efectivos para el operativo. Y este viernes un equipo de trabajadores de Canal 7 fue agredido salvajemente.

“Se organizó un operativo de grandes dimensiones desde el paso fronterizo durante la llegada de simpatizantes desde el miércoles y hasta hoy a la madrugada. No vamos a tolerar que la venida de simpatizantes sea desordenadora de la provincia”, decía la ministra de Seguridad, Mercedes Rus, en la previa a todos estos incidentes y hoy sus dichos se perciben casi como una ironía.

Y como si fuera poco, aseguraba: “Desde finales de enero se vienen realizando acciones en conjunto entre Aduana, Gendarmería, Policía de Investigaciones chilena (PDI) y el Consulado de Chile”.

Hoy, frente a todo lo sucedido, claro está que esas acciones conjuntas fueron insuficientes para contener a un grupo de hinchas que llegaron a Mendoza violando cualquier norma.