Erica Arellano asumió en abril de este año como directora de la “sede Valle de Uco” de la Universidad Juan Agustín Maza. En diálogo con NDI contó cómo fue el proceso para llegar a ese puesto, siendo la primera mujer con un rango tan alto en las universidades del Valle de Uco. Además, se abrió sentimentalmente y comentó cuales fueron y son sus pilares, sus objetivos y cómo se conforma su familia.
“Si se puede soñar, se puede lograr” nos planteó. Empezó desde abajo y hoy es Magister y Directora de la Sede Valle de Uco de la UMaza, una de las universidades con mayor relevancia en la provincia.
Su madre, el pilar de su vida
Erica fue criada solo por su madre, «Doña Leonor» como ella la nombra orgullosa, quien fue el “pilar” de su vida. Y dice que su perseverancia es gracias a esa persona que la empujo en todo momento para que lograra lo que se proponía, así lo decía: “Yo soy hija de mamá soltera, ella me crío sola con todas las vicisitudes que conlleva eso; una mamá sola y en una época difícil, ella siempre sembró en mí los principios fundamentales que eran: estudiar, crecer, siempre ir para adelante, porque ella fue así, siempre fue hacia adelante”.

Al finalizar sus estudios secundarios se decidió por viajar a Mendoza a estudiar, pero al solo estar ella y su madre no pudo seguir. Al abandonar ese estudio se decidió por seguir capacitándose en varios cursos, que pudo hacerlos por el apoyo de su primer empleador Jorge Abadía. También empezó a estudiar y se recibió en la Tecnicatura en Administración de Empresas en el Instituto Tecnológico Universitario (ITU); pero le quedó una espina clavada, poder recibirse de una carrera de grado.
Tras esto surgió un trabajo en la “Finca La Azul”, donde sigue actualmente, y renació la inquietud de poder estudiar la carrera de Contadora Pública Nacional. «Shirley Hinojosa de Finca La Azul me ayudó mucho para que pueda estudiar, siempre apoyó mi crecimiento», destacó Erica.
Entonces se presentó la oportunidad y sin dudarlo la tomó: “fui a la Universidad Maza de Tunuyán a preguntar si la carrera de Contador Público estaba y si, justo ese año empezaba; el mismo día que fui a preguntar, me inscribí y empecé mi carrera de grado”.
«En la facultad le daba pecho a su hijo menor»
Al tomar esta decisión Erica ya era madre de dos niños. Mientras sus hijos dormían ella estudiaba, cuando tenía recreos en la facultad le daba pecho a su hijo menor. Se tuvo que esforzar mucho para poder llevar todo al mismo tiempo, mientras su madre le repetía “dale que vos podes”.
Erica cuenta esta parte de su historia con mucha emoción y sinceridad, esto nos decía: “Fue un camino a recorrer difícil porque en ese momento era mamá de dos niños muy pequeños (…) Pero ese sueño tenía que cumplirse, y atrás mío estaba mí madre (…) Me cuesta hablar de esto y no emocionarme porque fueron años muy difíciles dónde yo estudiaba de noche cuando mis hijos dormían porque eran muy chiquitos hasta usaban pañales, ellos necesitaban a la mamá (…) y cuando tenía que rendir pedía días de vacaciones para poder seguir estudiando”.
Cinco años de mucho esfuerzo
Tras cinco años de mucho esfuerzo, de trabajar, estudiar y hacer de madre al mismo tiempo; con 40 años de edad Erica se pudo recibir en lo que dura la carrera. Con el título en la mano y un sueño cumplido, decidió abrir su propio estudio contable junto a una colega, al apoyo de su pareja incondicional Jorge, de sus hijos Farid y Zahir, y por supuesto de su madre que siempre la impulsó. Erica lo expresaba así: “abrí mí estudio y solo tenía dos clientes; aposté a qué me iba a ir bien, siempre aposté a todo. Hay una frase que la tengo muy grabada que es ‘si puedes soñarlo, puedes hacerlo’, cómo ese era mi sueño lo que hice fue poner todos mis ahorros y monté mí estudio contable”. Un lugar que hoy además da la oportunidad, a los recibidos de la Maza, de poder trabajar ahí.
De alumna a docente
«Cuando me recibí del ITU empecé a trabajar con Jorge Abadía quien me apoyó siempre a seguir capacitándome» contó. Ya siendo contadora pública le surgió la idea de ser profesora en la universidad donde se recibió; pero al no tener los requisitos necesarios, ese plan se estancó. Erica estaba acostumbrada a pelearla para cumplir sus metas, así que realizó una maestría en la Universidad Nacional de Cuyo; para así poder cumplir lo que se requería y lograr dar clases en la Maza.

Al comenzar a dar clases “sintió que encontró otra vocación” y se propuso a ser lo mejor que se pudiera, pues “está convencida que uno tiene que saber transmitir la experiencia y los conocimientos que tiene a los jóvenes”. Pasados algunos años de su entrada como profesora, la llamo el rector “Doctor Daniel Miranda” y sin que ella se lo esperara le ofrecieron ser la directora de la “Sede del Valle de Uco”. Si bien ella no tenía idea de cuál era la razón, al saberla también se imaginó las causas de por qué la eligieron: “creo que me eligieron porque era de Tunuyán, porque era egresada de la universidad, porque tenía muy buena llegada y devoluciones por parte de mis alumnos, a mí eso me lleno de orgullo”.
Su gran pérdida en 2020
Y si bien este era un momento de felicidad para Erica, la falta de su madre le dolió. Esto decía: “En ese momento me hubiese gustado que mí pilar, o sea mi madre hubiese estado al lado mío, sé que en algún lado está. Yo la perdí en el 2020 y hubiese gustado que, en ese momento, que fue tan importante para mí, se lo hubiese podido contar. Lo primero que hice cuando llegue fue contárselo a mis hijos y a mí pareja que son mí familia, y siempre he contado con el apoyo de ellos”.
Al aceptar esta nueva oportunidad, tuvo que comenzar a cambiar su forma de vida. Debió ordenar sus horarios de trabajo, de estudio en su posgrado y hasta los tiempos que tiene junto a su familia. Ante todo, este esfuerzo dijo: “por ello espero que mi gestión no solo trascienda, sino que también llegue a ayudar a mucha gente del Valle de Uco. Sobre todo, que cada uno de los alumnos que hoy están sepan que conmigo pueden contar siempre, a ese nivel quiero llegar. No quiero ser una académica más (…) desde el puesto que estoy ocupando hoy podemos hacer cambios, uno tiene que estar preparado para formar nuevos líderes”.
Sus desafíos
Una mujer que no quiere trascender solo por ser una “académica más” sino que busca generar cambios que favorezcan a la gente y por sobre todo a los jóvenes que no tienen la oportunidad de viajar a ciudad para estudiar. Así lo decía: “Me gustaría poder generar convenios con los Institutos de Enseñanza Superior, lograr que se abra un vínculo para que los chicos que no pueden hacer la licenciatura, por no poder viajar a Mendoza, la puedan hacer en el Valle de Uco. Que chicos que tengan excelentes calificaciones puedan acceder a un estudio universitario. Quiero llegar a la gente, a los chicos para que puedan cumplir su sueño de estudiar y trabajar”.
La primera Directora de la Sede
El hecho de ser la primera mujer en un puesto de esta jerarquía, para Erica, pasa a segundo plano. Quiere que su gente se sienta orgullosa por las cosas que espera lograr, comentó: “Me genera orgullo, pero lo que más me motiva a seguir es que mi familia, sobre todo mis hijos, se sientan orgullosos de mí. Si ellos se sienten orgullosos de su mamá, yo soy feliz y me da fuerza para seguir adelante (…) a mí no me lleva a ningún lado ser la primera mujer que ocupa un puesto de esta jerarquía, yo lo quiero hacer desde el corazón y con toda la humildad que este puesto tiene que tener”.
Sus hijos también estuvieron en conversaciones con nosotros, teniendo solo 12 y 10 años de edad se siente orgullosos de su madre. Así lo decían:
Farid: “a mí me impresiona que mi mamá haya llegado de un lugar tan bajo a ser directora, que me haya cuidado cuando lo necesite, que fuera la mejor mamá y que siempre va a estar para mí. Es la mejor y me llena de orgullo, algún día quiero ser como ella”.
Zahir: “siento mucho orgullo, porque desde el momento en que ella no tenía nada, de ser alguien que no tenía ni un peso para comer pudo llegar a este lugar. Ella nos llenó de amor e hizo todo lo posible para mantenernos felices. A mí me llenaría de orgullo llegar a ser como ella, y quiero llegar a serlo”.
Como cierre Erica mostró su emoción nuevamente y dijo: “Fue mucho sacrificio y perseguir. Está es una prueba de que, si se puede, de que todo lo que uno se propone lo puede lograr. La vida te va poniendo obstáculos, siempre te pone piedras en el camino, pero hay que saber sortearlo y seguir adelante. Quiero que quede el mensaje de que si se puede; siendo mamá, trabajando, teniendo problemas como todo el mundo, a veces hasta que te cueste pagar una cuota porque tenes que mantener una familia, si se puede. Si podes soñarlo, lo podes hacer”.
Una mujer que vino desde abajo acompañada por su madre pudo ir avanzando en la vida; formando una familia, armando un hogar, trabajando hasta en cinco lugares al mismo tiempo. Hoy con 46 años sosteniendo que no hay que olvidarse de dónde venimos para poder lograr lo que queremos; buscando inspirar a las nuevas generaciones y a quienes creen que no pueden.
Diciendo para finalizar: “si a una persona le llega este mensaje y se inspira a estudiar y progresar, yo estoy satisfecha”.
Discussion about this post