Por Laura Boulin
Vos poné el mate, yo llevo las tortitas”, ¿les suena la frase? Es casi un código para reunirse y charlar con amigos. Si el mate invita a la juntada, la tortita incita a la charla, de esa que se tiene con familiares y amigos. Son un símbolo de nuestra cultura mendocina, parte de nuestra identidad provincial y -también hay que decirlo- culpables de nuestros kilos extras.
Dicen que las comidas mas simples son las que nos marcan. La tortita se ha convertido en una parte del ADN regional y está ligada a nuestro costado más sentimental. Nos acompaña en la escuela, en el trabajo y nos calma el hambre entre comidas.
La historia cuenta que nacieron de las sobras de las masas de empanadas y a pesar de haber tenido un origen tan humilde, lograron multiplicarse en sabor y variedad. Raspadas, de chicharrón, de hojas o pinchadas son las que encontramos en cualquier panadería o quiosco de Mendoza.

Las manos en la masa
Te invito a que en esta eterna cuarentena la hagas y le agregues chicharron o las rellenes con jamon y queso, eso si van con mate pero individual!
Receta
Harina 500gr
Levadura seca 10gr
Grasa vacuna o bobina 150gr
Sal 15 gr
Agua 250gr
Primero que nada debemos calentar el agua con la grasa y la sal hasta que la misma se derrita. Luego le agregamos la harina con la levadura y amasamos. Una vez que armamos un bollo de masa lo dejamos descansar 20 minutos.
Hacemos unas bolitas todas de igual tamaño y los ponemos en una placa de horno con mucho espacio entre ellas y las dejamos reposar otros 30 minutos.
Pasado ese tiempo las aplastamos hasta que estén bien chatitas, las pinchamos y al horno medio hasta que estén doradas.
Tip: Si te salieron muchas y no vas a consumirlas las podes congelar una vez que las estiras en una placa y luego las pasas a una bolsa, así tenes tu stock para cuando quieras.
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