El ingreso promedio de los trabajadores formales ya se ha visto superado por la inflación, colocándolos por debajo de la Canasta Básica Total (CBT) y, por lo tanto, por debajo de la línea de pobreza. Esta tendencia, que se ha agravado en los últimos meses, es un reflejo de la crisis económica que atraviesa el país.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en enero la CBT alcanzó los $596.823, el gasto estimado para una familia de cuatro personas durante un mes. Por otro lado, la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) fue de $555.269 en el mismo período.
Esto significa que, en promedio, los trabajadores formales estables ganan menos que lo necesario para cubrir la Canasta Básica Total, colocándolos por debajo del umbral de la pobreza.
Sin embargo, es importante considerar que un trabajador formal puede ganar menos que la CBT y no ser considerado pobre si vive solo o en una familia pequeña, o si el ingreso de otros miembros del hogar supera el costo de la CBT.
Además, si se considera el salario neto después de descuentos, la brecha entre los ingresos y la CBT es aún mayor. Después de deducir los aportes patronales y las cargas sociales, el salario neto promedio en enero fue de $460.873, incluso por debajo del costo de una CBT para una familia de tres personas.
Esta situación marca un cambio significativo en la economía del país, ya que históricamente los salarios han estado por encima de la CBT. Sin embargo, desde agosto de 2023, las diferencias entre los sueldos y la CBT han comenzado a achicarse, y ahora nos encontramos en una situación inédita en la que los salarios promedio están por debajo del umbral de la pobreza.
