Una docente recibió la ayuda de sus amistades quienes se inspiraron en el ejemplo de Santiago Maratea y generaron una colecta para ayudarla.
Por estas horas la información se volvió viral, y es que el influencer ha demostrado que la redistribución no solo es justa y necesaria, si no también posible. En Tunuyán un grupo de mujeres organizó una colecta para su amiga que está pasando por una compleja situación económica y no puede pagar la renovación del alquiler de la casa donde vive.
El “efecto Santi Maratea” se replicó de cierta manera en la experiencia de Belén, una docente de Tunuyán que recibió el cariño y apoyo de sus pares con una colecta con la que pretenden cubrir el costo de la renovación del alquiler. La mujer es sostén de familia.
La idea es que mediante una donación de 200 pesos se genere una cadena que permita reunir el dinero necesario. Para ello se brindó un número de teléfono por el cuál poder generar el aporte mediante la plataforma de Mercado Pago, la misma que Maratea suele utilizar para sus “cruzadas”.
En medio de la crisis económica, y su agudización por la pandemia, las acciones o movidas solidarias fueron aflorando con el paso de los meses. Aprovechando su llegada mediante las redes sociales, Santiago Maratea inició una serie de colectas con montos de dinero impensados pero que lograron reunirse.
La impronta del joven llama la atención, y también nos deja ciertas de cosas para pensar: que la solidaridad es una realidad, la riqueza debe redistribuirse de manera equitativa, la falta de eficacia en las acciones de los gobiernos; entre otras más.
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