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Crisis sin respiro: 9 de cada 10 familias argentinas viven endeudadas para poder comer

El crédito dejó de ser una herramienta de inversión para transformarse en un salvavidas cotidiano. Conocé el panorama económico.

En la Argentina de hoy, el crédito se volvió sinónimo de supervivencia. Lo que antes era un recurso para acceder a un auto o financiar un viaje, ahora se usa para llenar la heladera o pagar el alquiler. El 90% de los hogares argentinos mantiene algún tipo de deuda, un fenómeno que ya no puede explicarse como coyuntural: el endeudamiento familiar se ha vuelto estructural y permanente.

Según un informe del Instituto Argentina Grande15 millones de personas —un 32% de la población— están endeudadas con bancos o financieras, con un promedio de $3,7 millones por persona. Pero el dato más alarmante es que cancelar ese monto requeriría tres sueldos completos del sector privado registrado, uno de los mejor remunerados del país.

La situación se agrava al cruzar los datos de ingresos y costos de vida. Mientras la Canasta Básica Total para una familia tipo supera el $1.176.800, el ingreso promedio per cápita ronda los $537.000. Esta brecha empuja a miles de familias a endeudarse mes a mes: más de la mitad destina entre el 40% y el 60% de su salario al pago de deudas.

El panorama se torna aún más crítico cuando se suman los canales informales de crédito. Con préstamos personales, adelantos de sueldos y fiados en almacenes, la proporción de argentinos endeudados trepa al 90%, con la mayoría sosteniendo múltiples compromisos simultáneos. El 75% de esas deudas se generó durante 2024, tras la devaluación de diciembre y la inflación desbordada.

Los sectores más vulnerables son los más golpeados. El 65% de los inquilinos ha tenido que endeudarse para pagar el alquiler, y casi la mitad de ellos está en mora. Desde la desregulación del mercado inmobiliario, el alquiler triplicó su peso en el presupuesto familiar, desplazando otros gastos esenciales.

Los jubilados viven una realidad todavía más dramática. Quienes cobran el haber mínimo perdieron un 23% de su poder adquisitivo y apenas cubren el 25% de la canasta básica de la tercera edad. Casi cinco millones de jubilados sobreviven en esta situación, y el 17% de los adultos mayores entre 60 y 74 años sigue trabajando porque no llega a fin de mes.

En el frente laboral, la crisis no da respiro: crecen los sectores de baja empleabilidad como la minería o las finanzas, mientras caen la industria, el comercio y la construcción. Así, el sobreendeudamiento erosiona el ingreso disponible y alimenta un círculo vicioso de pobreza y exclusión.

La inflación, la devaluación y la pérdida del poder de compra han convertido el endeudamiento en una forma de resistencia, pero también en un síntoma profundo de una economía que asfixia a las familias. En palabras simples, hoy millones de argentinos viven al fiado —no por elección, sino por necesidad.

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