En Mendoza, la lucha contra el COVID-19 continúa con la aplicación de dos tipos de vacunas: Pfizer Bivariante y Moderna Bivariante. Iris Aguilar, Jefa del Departamento Provincial de Inmunizaciones, resaltó que estos refuerzos son fundamentales para mantener una protección adecuada y prevenir complicaciones, hospitalizaciones y muertes por la enfermedad.
A pesar del aumento en el número de casos de COVID-19 a nivel nacional, Aguilar enfatizó en que las internaciones siguen siendo bajas, un logro que se atribuye a la vacunación. El Ministerio de Salud de la Nación, liderado por Carla Vizzotti, ha instado a la población a recibir las dosis de refuerzo, especialmente las personas de 50 años o más, quienes enfrentan un mayor riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad. Esta recomendación está respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según el registro federal de vacunación, más de 10 millones de personas mayores de 50 años no han recibido ninguna dosis de refuerzo en los últimos 6 meses. Además, se solicita que las personas menores de 50 años con comorbilidades y aquellas con mayor riesgo de exposición, como el personal de salud, se vacunen. Para este grupo de riesgo medio, la vacunación de refuerzo es esencial.
Para los menores de 50 años sin comorbilidades, considerados de bajo riesgo de complicaciones, se recomienda una vacunación de refuerzo contra el coronavirus de forma anual.
En la provincia de Mendoza, existen casi 100 centros de vacunación habilitados para facilitar el acceso a estos refuerzos. Los detalles sobre la ubicación de estos centros se pueden consultar en el sitio web oficial del gobierno de Mendoza en https://www.mendoza.gov.ar/salud/vacunacion-covid-gran-mendoza/.
Aguilar subraya la importancia de recibir una dosis de refuerzo después de seis meses, ya que las nuevas variantes del virus siguen surgiendo y estas vacunas ofrecen una mayor protección. El objetivo de la vacunación no es solo reducir el número de casos, sino también disminuir la gravedad de la enfermedad y la necesidad de hospitalización.
A pesar del aumento de casos en todo el país, las tasas de ocupación de camas no se ven afectadas significativamente, lo que se considera un logro considerable, atribuido en gran medida a la vacunación.
Desde la OMS enfatizan que la vacunación y los refuerzos siguen siendo la herramienta más eficaz para combatir el COVID-19, especialmente en un contexto de circulación continua del virus y la aparición de nuevas variantes. La vigilancia sobre el virus ha disminuido en todo el mundo, pero la circulación y el aumento de casos persisten, especialmente en Asia y América. Se hace hincapié en la importancia de no bajar la guardia y recordar a los grupos de mayor riesgo la necesidad de aplicarse una dosis de refuerzo cada seis meses.
